¡Y la innovación llegó a los centros educativos! Aunque no todo es siempre innovación, cuando implantamos un método innovador, estamos haciendo renovación metodológica. Y no es que sea malo, es que no es innovación. Para innovar hay que estar dispuesto a inventar, a crear.

¿Cuántos centros hacen cosas novedosas, pero realmente novedosas? ¿Cuál es el objeto de esa innovación en un centro educativo? La innovación en educación puede ser una potente herramienta para transformar la sociedad del futuro.

¿Hacia dónde innovamos? La necesidad de una sociedad feliz

La educación y los centros educativos como lugar físico donde se imparte la misma, son las “infraestructuras críticas” para la construcción de la sociedad futura. Si queremos que la sociedad esté mejor, tendremos que ver qué es lo que más falta hace y ponernos a innovar en ese ámbito… Y voy a querer demostrar que lo que más falta nos hace es saber ser felices. Sólo un par de reseñas:

  • En 1972, Jigme Singye Wangchuck, rey de Bután, introduce el concepto FNB (Felicidad Nacional Bruta) /FIB (Felicidad Interna Bruta). Se trata de un indicador de orden superior al conocido PIB. Un indicador tomado en cuenta en sus estudios por personalidades tan reputadas como el Premio Nobel de Economía y Catedrático de la Universidad de Princeton, Daniel Kahneman.
  • En Harvard, la clase de Psicología Positiva dictada por Tal Ben Shahar, reconocido mundialmente como “el Gurú de la Felicidad”, atraía a 1.400 alumnos por semestre y el 20% de los graduados de Harvard, desbancando a la clase de introducción a la economía de Gregory Mankiw.
Sociedad saludable, sociedad feliz

Las malas noticias que periódicamente recibimos sobre el aumento del sobrepeso, obesidad e inactividad nos ofrecen una oportunidad de innovar en línea con la mayoría de proyectos educativos y también con las necesidades señaladas por la OMS y la UNESCO.

Las buenas noticias vienen ahora. Ciertamente son un nuevo ámbito de innovación, distinción y generación de imagen de centro. Una oportunidad para ganar competitividad frente al mercado educativo (y no sólo nacional sino internacional). Unos programas liderados por docentes que se formaron para trabajar en base a objetivos y también para el liderazgo de equipos y que, en muchas ocasiones, están infrautilizados por parte del centro educativo.

Innovando en felicidad a través de la promoción de la vida saludable

Maslow (Theory of Human Mothivation – 1943) apunta que la base de la felicidad, los dos primeros estadios de su pirámide, se sustenta en la Salud (necesidades fisiológicas y de seguridad). La existencia de Salud nos posibilita la Felicidad, su falta nos hace infelices.

Ahora vamos a innovar en ámbito de los estilos de vida saludable. ¿Podemos activar a adolescentes y, sobre todo, mujeres? En los gimnasios, en actividades de sala, son mayoría. En los patios de los colegios, están paradas. ¿Y para ellos? Parece que el ‘parkours’ gana adeptos entre adolescentes, el baile también les atrae a ellos y ellas… Estas ideas, vestidas con métodos dinámicos, novedosos, con recursos de apoyo, con soportes tecnológicos que motivan (gamificación) y a la vez miden (Big Data) y definen vías de relación social adecuada, pueden crear un proyecto innovador.

Es importante que el resultado de la innovación no constituya únicamente un producto-servicio para nuestro centro (también se puede innovar desde una red de centros, sistema aún más potente) sino que constituya un producto-servicio que pueda ser llevado a otros centros educativos para su uso.

Una curiosidad final; la mayoría de las imágenes de los centros educativos que aparecen en Google, tienen que ver con la actividad física (competiciones deportivas, danza, excursiones…). Si no estamos convencidos sobre querer mejorar la felicidad futura, quizás la oportunidad del marketing nos convenza…

ANDREU RAYA DEMIDOFF – Presidente de la ONG Deporte para la Educación y la Salud