Desde el punto de vista pedagógico, aprender algo es muy distinto a enseñar contenidos. Enseñar contenidos se basa en la eficacia. Cuanto más directa es la transmisión de una información  mayor enseñanza se produce. Pero el aprendizaje requiere unos componentes especiales que a su vez necesitan estar dentro de un proceso.

No se trata de generar un impacto puntual en el alumno, sino que necesitamos generar un proceso en su mente que nos exige ser cuidadosos con qué tenemos que hacer, cuándo, cómo y por qué.

Este proceso de aprendizaje debe contar con 4 grandes componentes:

  • Para generar aprendizaje auténtico y duradero tenemos que empezar con un proceso de inmersión del alumno. Sin esta inmersión, todo lo que se haga quedará meramente en una percepción superficial. Esta parte inicial tiene un componente de tipo emocional, pero tiene otro de tipo semiótico. Hemos de crear un universo  simbólico de ficción, atractivo en el que el alumno quiera entrar y sumergirse.
  • El segundo componente invita al alumno a ser un sujeto activo, que experimente, que investigue, que busque… A esta parte la llamamos laboratorio. Necesitamos generar un aprendizaje situado en el entorno físico y cultural en el que se va a utilizar esa comunicación. No basta mostrar o explicar al alumno las claves de cómo funciona la comunicación en inglés. Es necesario llevarle constantemente a un autodescubrimiento de esas claves por parte del alumno, para que interiorice las estructuras  lingüísticas y comunicativas.
  • El tercer componente es la creación. Desde la taxonomía de Bloom entendemos que para alcanzar el máximo nivel de aprendizaje, es necesario que los alumnos sean competentes para generar productos creativos. Todos los educadores de generaciones anteriores que estábamos acostumbrados a una actitud pasiva en el aula o de mera repetición, vemos que la competencia comunicativa se alcanza cuando somos capaces de producir, de generar producción  de modo creativo.
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Taxonomía de Bloom

  • Por último, el cuarto componente es la metacognición. Ya que todo está basado en “learning by doing” necesitamos focalizar el aprendizaje antes, durante y después del mismo. Necesitamos pensar sobre lo que hemos aprendido. Sobre cómo transferir lo que hemos aprendido a otras situaciones de manera que el simple hecho de que el educador haga feedback a los alumnos y éstos entre sí, nos garantiza una profundización del aprendizaje y una interiorización definitiva. Así evitamos que los alumnos aprendan solo unos contenidos para un examen que olvidan al término del mismo.

¡Vamos a por el cambio!

ANA ISABEL SAN JOSÉ – Coach experta en liderazgo emocional y pedagógica