Hablar de Estimulación Temprana de la Inteligencia supone, fundamentalmente, apostar por la prevención y la oportunidad de un mejor desarrollo para todos los niños. Esa nueva mirada hacia el niño y sus posibilidades encaja en una apuesta de innovación pedagógica que pone el acento en el pensamiento de nuestros alumnos mucho más que en los contenidos del aprendizaje.

«La estimulación es el alimento del cerebro», como postula la Dra. Ludington y éste se construye fundamentalmente en los primeros años de vida del niño; de ahí el papel fundamental de los padres y de los centros dedicados a la Educación Infantil. Los programas de estimulación temprana atienden no sólo los aspectos cognitivos de la inteligencia, proponen un desarrollo global del niño que abarca su realidad intelectual, emocional, social y personal.

La estimulación no es sólo programar un ordenador o diseñar adecuadamente una buena red de comunicaciones. En palabras del Dr. Francisco Manuel Kovacs, “educar es estimular, ayudar a crecer; dar un buen modelo y ser fuente de afecto”. Por ello, sin duda, los primeros y principales agentes educativos son los padres; la escuela apoya esta tarea, pero difícilmente la sustituye.

Pero, más allá de la teoría, en este artículo querría compartir con vosotros una experiencia que tiene ya una larga trayectoria.

Nuestros colegios inician esta aventura en la década de los 80, con la aplicación de los programas de Estimulación en las aulas de Infantil. A nuestro regreso de Filadelfia, iniciamos la Escuela de Padres de Estimulación Temprana, por la que ya han pasado unas 8000 familias que han disfrutado de esta experiencia con sus hijos y se han convertido en motor de nuestro proyecto. Nos gusta decir que «la Estimulación Temprana son las Inteligencias Múltiples en acción»; por ello la aplicación de esta teoría y las nuevas metodologías nos permiten dar continuidad a este trabajo de organización neurológica que iniciamos en Infantil, en las aulas de Primaria, Secundaria y Bachillerato.

Entendemos la Estimulación como marco de oportunidades para el desarrollo de todo el potencial que nuestro cerebro supone. En este sentido, nuestro proyecto educativo es muy ecléctico, y da cabida, entre otros, a Suzuki y el gusto por la música desde edades muy tempranas; el atelier y el desarrollo de la creatividad que proponen las escuelas de Reggio Emilia; las destrezas de pensamiento de Robert Swartz para crear buenos hábitos de pensamiento o el Aprendizaje y Servicio para entender que no existe auténtica inteligencia si no la ponemos al servicio de los demás.

La Estimulación Temprana tiene que facilitarnos un cambio de paradigma más global en el que el niño pueda llegar a ser sujeto de su aprendizaje y dé respuesta al  mejor test de inteligencia: la propia vida. El objetivo de la Estimulación es, en definitiva, contribuir, en palabras de Glenn Doman, a la «Revolución Pacífica: el desarrollo de adultos libres y felices con capacidad de elección y posibilidad de elección que sean capaces de mejorar el mundo que les tocará vivir».

Este post es un breve resumen del siguiente artículo redactado por Nuria Sánchez:

«Estimulación temprana de la inteligencia. Oportunidad de desarrollo y prevención en el aprendizaje«

NURIA SÁNCHEZ – Psicóloga y Coordinadora Pedagógica en el centro Mare de Déu dels Álgels