¿Qué me toca para mañana?, ¿qué tengo que hacer esta tarde?, ¿cómo se aprende a gestionar las tareas y actividades del aula?, ¿hay que dedicarle un tiempo a ello dentro del horario escolar? La agenda forma parte del material escolar desde hace muchos cursos, pero ¿se le dedica el tiempo necesario y se le da el valor necesario para sacarle el mayor provecho? Está claro que hay que destinar momentos para abordar estas estrategias en el aula, ¿de qué manera? Además, el horario escolar es limitado y ya se encuentra lo suficientemente “ocupado” como para añadir nuevos aprendizajes, por lo que habrá que priorizar determinadas actividades sobre otras y “limpiar” aquello que no sea relevante.

Estudiar, memorizar, seleccionar, definir, crear, evaluar, comprender, sintetizar, aplicar, analizar, comparar, contrastar, etc son verbos que nos remiten a objetivos de aprendizaje y en concreto a la Taxonomía de Bloom. Esta taxonomía nos desgrana las habilidades y conocimientos que el alumnado debería adquirir y sirven de guía al profesorado en el diseño de actividades de aprendizaje orientadas al desarrollo de habilidades cognitivas de orden superior.

Volviendo al comienzo del artículo, tenemos puesto el foco en la productividad y la gestión de tareas en el aula. Puede que nos vengan a la memoria algunos trucos que se suelen utilizar de manera habitual, iluminados por la lectura de algún artículo que hayamos encontrado en la web. Quizás hayamos llegado a algún grado mayor de funcionamiento y utilicemos alguna metodología específica, o hayamos desempolvado algunas técnicas de estudio y hábitos de trabajo en el aula.

En esencia, todo ello nos lleva a la necesidad de afianzar o de cambiar hábitos de trabajo de manera que aseguren el éxito de lo que queramos llevar adelante, gestionando las tareas que tengamos encomendadas con una cierta eficacia. Nos centraremos en unas acciones que sería interesante trabajar, son hábitos que van a favorecer la autonomía del alumnado en la gestión de sus propias tareas:

  • Recopilar: se trata de ir añadiendo, a modo de lista, todo aquello que vayan surgiendo a lo largo de la jornada escolar. El objetivo es que se acostumbren a apuntar o recoger fechas de pruebas o de entrega de informes escritos, cualquier tipo de trabajo escolar, lecturas de libros, deberes, tareas o actividades, excursiones, materiales necesarios para esas salidas, realización de trabajos online, etc. Esto visibiliza el trabajo que tienen que realizar y hace que los alumnos y alumnas se responsabilicen de su trabajo. Hay muchas aplicaciones que pueden servir, una de ellas es Microsoft To-Do o también la aplicación Google Keep.
  • Procesar: es otra de las acciones que es necesario llevar a cabo con la lista de tareas apuntadas. El objetivo es ir tomando de nuestro “recopilador” cada tarea de una en una y dotarle de significado: ¿qué tengo que hacer con ella, son deberes?, ¿es algo que necesita del trabajo en grupo y no depende mí solamente?, ¿es una fecha concreta de entrega de trabajos?, ¿tengo que comprar algo para alguna fecha?, ¿es alguna actividad para un proyecto a largo plazo? Hay que decidir qué vamos a hacer con cada tarea.
  • Organizar: procesar y organizar van de la mano prácticamente. Ahora es el momento de construir un sistema de organización que nos sirva para procesar las tareas adecuadamente:
    • Necesitaremos un calendario para asignar las fechas objetivas. Nos puede servir la agenda escolar o si trabajamos de manera online Google Calendar.
    • Carpetas para cada proyecto en el que se esté trabajando.
    • Tareas para hoy: sería una carpeta exclusivamente dedicada a contener lo que hay que hacer para el día siguiente, el trabajo más próximo
    • Tareas en espera: dependen de que otro componente del grupo lo termine.
  • Hacer: ahora es el momento de realizar las tareas asignadas revisando las carpetas. Esta labor se debería realizar al llegar a casa de manera que estructure su trabajo en casa. Es interesante contar con la ayuda familiar para tener su colaboración. Para saber qué tiene que hacer el alumnado revisaría el calendario y la carpeta “Tareas para hoy”. En este apartado de “Hacer” habría que tener en cuenta hábitos generales de trabajo: tener una mesa con todo lo necesario, evitar distracciones y levantarse para recoger otros materiales, alternar espacios de trabajo y de descanso, no tener la TV encendida, etc.
  • Revisar: es fundamental revisar la carpeta “Tareas para hoy” y el calendario e ir eliminando las tareas realizadas. La revisión sirve también por reorganizar tareas si en algún momento cambia alguna de las asignadas a otras carpetas o las fechas del calendario. Esta acción se haría en casa, durante la tarde y serviría para preparar la jornada siguiente preparando el material necesario para llevar al centro.

Como he comentado más arriba, todo este proceso supone un cambio de hábitos y rutinas de trabajo, lo cual resulta sin lugar a dudas muy complicado. Dicen que se necesitan por lo menos 21 días para que se implante un nuevo hábito o se asiente una rutina. Hay que darse tiempo, pero ser constante y poco a poco se irán consiguiendo resultados. Solo por el hecho de empezar a utilizar determinadas aplicaciones o empezar a realizar algunas acciones se van a notar cambios. Todos los proyectos requieren de tiempo y una dedicación y si se quiere trabajar en esta línea con el alumnado se tendrá que contemplar dentro del horario escolar y darle el valor necesario.

ISIDRO VIDAL – Secretario de la red de profesorado aulaBLOG