A lo largo de estos cuatro años, el concepto de “mapa escolar” se asocia con la necesidad de confrontar el reto del descenso de la natalidad y del potencial volumen de matrículas para cada centro, la red de Kristau Eskola y el conjunto de la oferta educativa vasca. No es el primer cambio de escenario demográfico al que se enfrentan los centros, pero el trabajo realizado ha permitido sensibilizar a las titularidades y los centros en relación a lo que queremos y podemos hacer al respecto. En este sentido, los últimos datos disponibles muestran que en 2016 han nacido 18.202 niñas y niños en el País Vasco: son 647 nacimientos menos que en 2015 y, por cuarto año consecutivo, es una cifra inferior a 20.000 nacimientos. Este progresivo descenso en los nacimientos supondrá una pérdida anual media de 1.460 matrículas en el segundo ciclo de infantil, es decir, un retroceso de aproximadamente 4.380 matrículas y 175 aulas en los tres próximos cursos que va a tener que ser absorbido por el conjunto de la red educativa del País Vasco.

Este escenario de pérdida global hay que acercarla a cada centro y ha sido presentado en cada zona escolar tomando como referencia el horizonte 2026: ¿cuánto de este impacto corresponde a “mi centro”? ¿Cuál ha sido “mi trayectoria reciente”, en los años en los que se ha registrado un aumento de niñas y niños? ¿qué capacidad de respuesta tengo?. Frente a estas preguntas podemos pensar que “nuestro centro” dispone de las palancas suficientes para afrontar este reto bajo la premisa de que la reputación, el modelo pedagógico, los servicios ofrecidos o la trayectoria reciente paliarán el resultado final. Esta aproximación tranquilizadora no cambia la pregunta obvia que hacernos como red de centros de KE: ¿es posible que la misma oferta (red de centros) eduque a un número progresivamente menor de niñas y niños?, y, por lo tanto, como centros de Kristau Eskola ¿qué podemos, queremos o incluso deberíamos hacer?

La respuesta desde la planificación estratégica de las organizaciones recomienda adoptar una posición proactiva en la reflexión individual, que aborde un horizonte temporal amplio que supere los condicionantes del día a día y que responda honestamente al test de estrés que va a suponer para cada centro: ¿podemos mantener nuestro centro y oferta (aulas, conciertos) en un entorno de pérdida de alumnado potencial? Con una respuesta afirmativa el centro se reconoce con la fortaleza y los recursos para afrontar este escenario. Pero si la respuesta es negativa, hay que abrir esta reflexión hacia otros centros de KE del entorno y valorar con una mentalidad abierta la oportunidad de actuar conjuntamente.

La urgencia del reto y la propia dinámica de las titularidades y la gestión de los procesos educativos ralentizan este tipo de procesos de diseño de una acción concertada en mayor medida que en otras organizaciones. Es por ello por lo que se urge a los centros de KE a la reflexión, como la herramienta que facilite la gestión activa de la respuesta frente a la realidad se imponga y resuelva el futuro de los centros sin margen de maniobra. En este contexto, seguir dando pasos para diseñar proyectos compartidos va a ser en muchos casos “casi” la única opción y hay que asumir que son procesos largos, complejos y costosos, pero que se pueden graduar en fases que establezcan en etapas sucesivas el alcance, diseño del proyecto y/o su implementación.

El éxito de dichos procesos requiere del liderazgo de las personas implicadas y capaces de ver más allá de su trayectoria personal, para poder consensuar la mejor respuesta frente a un escenario de futuro muy diferente del conocido. Pero, sobre todo, necesita de la apuesta y los recursos de las titularidades y de una posición abierta al compromiso y la negociación en el diseño de un proyecto compartido resultado de conciliar las diferencias en idearios, modelos pedagógicos o estado de las instalaciones. Por último, la experiencia de otros procesos de reorganización empresarial nos enseña que los proyectos resultantes no suelen ser la copia ni la agregación simple de los actuales; por lo tanto, los nuevos proyectos de KE serán distintos de los centros implicados y podemos avanzar que se caracterizan por ser una oferta que responda a la sociedad de mañana y, de acuerdo con la pertenencia a KE, responda a sostener la presencia de la Iglesia en el ámbito educativo vasco.

LIDE SALVADOR – Socia de IKEI