Hace unos meses mi hijo de seis años vio una película en el cine que, siendo una verdadera joya de la animación, no comprendió demasiado bien: «Kubo y las dos cuerdas mágicas«. Se trata de una película de aventuras con un Japón mágico de telón de fondo en la que un niño de la edad de mi hijo vive una historia familiar poco común. Anoche mi hijo volvió a ver la película en casa, lo que me dio la oportunidad de explicarle muchos detalles. De pronto vio la luz: “¡Ahora lo entiendo todo!” me dijo.

Y en eso consiste la comunicación, en lograr que el otro entienda lo que dices y en escucharle para comprenderle. Esto provocará un encuentro que facilitará el complejo mundo de las relaciones humanas. Esto puede ser el detonante del éxito o el fracaso del proyecto de innovación educativa de tu centro. Para lograr una adecuada comunicación debemos empezar por adaptar nuestro lenguaje a la capacidad de comprensión del que tenemos enfrente. Igual que un tutor cuenta el día del fundador a los niños de Infantil con un cuento y a los de Bachillerato con un recorrido histórico, así debemos adaptar nuestra forma de explicar a la comunidad educativa el proyecto que tenemos entre manos.

De esta forma evitaremos las “madresmías”… ese lamento vano que llega al darnos cuenta de un desastre cuando ya es demasiado tarde. Por muy convencidos que estemos de la idoneidad de nuestro proyecto de innovación, debemos contárselo adecuadamente a los profesores, a los padres y a los propios alumnos, y lograr convencerles e incluso fascinarles. De lo contrario nos exponemos a los recelos y los miedos al cambio; incluso se puede desencadenar una situación de falta de aceptación que en algún caso real ha llegado a provocar una bajada de matriculaciones en el centro.

Una adecuada comunicación previa puede evitarlo, pero si finalmente sucede, debemos actuar conforme a los principios generales de la comunicación en situaciones de crisis. Requiere de una especial sistematización, por lo que debemos actuar con rapidez para evitar que los rumores y el nerviosismo se apoderen de la situación; debemos actuar con rigor y veracidad; y ser transparentes si queremos mantener la confianza y la credibilidad de nuestra institución.

Tanto si la crisis es on-line u off-line, es conveniente seguir unas pasos sencillos pero necesarios: realizar una investigación a fondo, hacer un estudio de las personas a las que dirigirnos, fijar una estrategia, y establecer los mensajes a trasmitir y los medios a utilizar; todo centralizado en un equipo de trabajo, el comité de crisis, y con un portavoz diestro en el arte de la comunicación.

Pero lo más importante es la prevención. Recuerda: si has apostado todo a una, a ese fantástico proyecto de innovación educativa, no pierdas balas disparando con una mala comunicación; bien al contrario, logra que tu comunicación ensalce todo lo bueno que hace tu centro y todos saldréis ganando.

VICTORIA MOYA – Directora de Comunicación de Escuelas Católicas